miércoles, 3 de julio de 2013

La Carrera de la Muerte (Death Race). Boxes


Hola a todos:
¿Quién no ha jugado con cochecitos? Todos de críos hemos disfrutado de nuestras propias carreras por los pasillos de casa. Ahora, con cierta edad, mejor hacerlo con el parapeto de un reglamento ante preguntas indiscretas.

El juego consiste en emular la acción que supone pelear con coches artillados y blindados por ser el último en sobrevivir en un circuito infernal. De ahí que se llame la carrera de la muerte.
No tengo que decir que somos aficionados a las películas postapocalípticas. De hecho, tenemos teorías de por qué la población se vuelve punky tras el fin de los días, pero eso es otra historia. Volviendo a las pelis postapocalípticas, las mejores de coches son Mad Max. Ahí hay un filón, y muchos juegos intentaron aprovecharse del mismo. También tenemos Death Race 2000, o la nueva de Death Race, o Death Proof. ¿Alguien se acuerda del Car Wars? Ese juego comió polvo en muchísimas estanterías. Para esta ocasión estamos jugando al Death Race y al Outrider.

El Death Race, como he dicho antes, os lo podéis descargar gratuitamente en su página web. El Outrider cuesta cinco dólares, y te lo envían con todas sus ampliaciones al correo en pdf.
El primero de ellos tiene un reglamento de dieciséis páginas que está en proyecto. Los movimientos de los coches se realizan en pulgadas y tienen una herramienta que calcula las dificultades de giro para las maniobras; incluye reglas de armas, colisión, derrapes y trompos. Los coches están pregenerados.
El segundo, todavía por explorar, funciona de manera parecida al Wings of War. Es decir, tu coche lleva una carta debajo (cosa que me repele sobremanera), y las cartas de maniobra indican en que posición va a quedar el mismo. Trae el mismo kit de reglas que el anterior, pero el apartado gráfico, está mucho más trabajado aunque no es necesario. Ambos reglamentos se juegan con coches de escala 1:64, lo que facilita mucho las cosas, ya que los de Diecast de Hotwheels hoy en día se encuentran a patadas.
El tema está en que, como siempre, no se sabe por qué, se empiezan a remover viejos proyectos e ideas a las que se suma gente de manera espontánea. Así que buscamos reglamentos, y, antes casi de leerlos, ya teníamos más de una decena de cochecitos en nuestro poder.
Hoy me voy a centrar en cómo trabajar los coches para poder transformarlos en un auténtico guerrero de la carretera. Mis disculpas a los coleccionistas, no es mi intención herir sensibilidades destrozando lo que ellos consideran joyas. La culpa la tiene el dinero. Cada uno puede comprar cosas y hacer de su capa un sayo.

1. Lo primero es elegir los coches.
El más macarra, el más bonito, el que más te guste. Yo no soy un experto en coches americanos, aunque se lo que es un muscle car, un Hummer,o una pick-up. Todos ellos son espectaculares. Ten en cuenta que lo vas a desmontar y va a acabar en el bote de disolvente, así que no te enamores mucho de la pintura. Si te va a dar pena, déjalo y compra otro. Lo ideal sería comprar un agresivo deportivo, un muscle car, tipo Ford Falcon, Dodge Charger, Camaro o Gran Torino,  una pick-up, y un todoterreno tipo Hummer. Así tienes variedad y puedes adaptar los modelos al perfil de los coches. Piensa en la transformación que vas a hacer antes de llenar tu cesta de la compra.

2. El desguace.
Os aseguro que no se como de pequeño era capaz de desmontar a porrazos un bicho de estos. Van bien asegurados, pues el metal de la carrocería va remachado al fondo del coche, con dos puntos de unión. Es necesario taladrar o fresar esos remaches. No hay otra forma. Con una fresa de metal y un minitaladro deshago el remachado, y así libero carrocería, asientos y fondo. Ten cuidado cuando trabajes con la fresa o el taladro porque el fondo del coche suele ser de plástico, y si se te va lo marcas. Para volver a montar el coche basta una gota de pegamento en cada uno de los antiguos remaches, y el coche ya no se desguaza. Se va a dedicar a correr por un circuito ficticio, no por el pasillo de una casa a manos de un energúmeno de seis años. Aguantará.
En esta imagen se pueden ver los remaches ya trabajados. Como podéis ver, sólo le hemos quitado la cabeza, para que salga la carrocería. Hay quien los taladra para luego poner un tornillo cuya cabeza sustituya al antiguo. 


En esta foto se pueden diferenciar las cuatro partes que suelen componer estos cochecitos. De izquierda a derecha, el fondo del coche con las ruedas, asientos y cromados, cristales y carrocería. 

3. Despintado.
La carrocería, que es de metal, va directa al bote de disolvente. Es mejor dejarlos un día entero, y, dependiendo de los colores, salen mejor unos que otros. Si despintáis un coche comprado en un todo a cien, veréis la diferencia de calidad entre la pintura de uno de Hotwheels y un cualquiera.
Tened cuidado de que el disolvente no os caiga en las manos, utilizad unas pinzas de metal para sacarlos. Con un cepillo de alambre fino se terminan de limpiar los restos de pintura. Lavadlos con agua y jabón. Después se lija para quitarle imperfecciones, y se vuelve a limpiar con agua y jabón. Todo este proceso se debe hacer en un lugar con buena ventilación. Los vapores del disolvente son fuertes... y tóxicos.


La primera tanda de coches en el bote de disolvente. Se puede apreciar  cómo  la pintura se va degradando y se levanta del metal.

Esta es la carrocería de nuestro Chevrolet Chevelle Super Sport de 1972. Una vez  despintado y lijado quedan como pulidos. 

4. Resto de piezas: 
En ocasiones las rejillas frontales y los paragolpes van cromados (son coches americanos, por Dios), y forman parte de los bajos del coche. No es necesario despintarlos. Tampoco los asientos ni el salpicadero. Sólo lávalos. De momento dejamos aquí el proceso de pintura.

5. La transformación.
Al estar en escala 1:64 hay piezas de la escala 1:56 que pueden adaptarse, incluso material de la 1:48, o de la 1:72. Haz pruebas. Te aconsejo que tengas a mano unos cuantos trozos de Easy Mold y masilla verde o Miliputt. Es muy sencillo de usar, y te proporcionará una gran cantidad de piezas que, aunque no tengan la calidad del original, sirven perfectamente para lo que queremos. Mi consejo es que no le pongas lo primero que pilles al coche. Piensa en una estética particular, que tendrá que ir acompañado por una configuración de armas adecuada. Vale que pudiera ser que un Corvette llevase un 88 mm, pero mejor unas ametralladoras más refinadas. Remueve un poco tu cajón de sastre.
El plasticard es una opción muy aconsejable, ya que podemos hacer con él alerones, planchas de blindaje, etc. Si tenéis un poco de mosquitera os puede servir para hacer redes y refuerzos para las ventanas.
Tened también mucho cuidado con el pegamento. Si usáis de más, correrá por encima de la carrocería, y dejará una marca, que luego, al pintarlo, se notará. Tened algo de papel absorbente a mano.
El metal con el que están hechos los coches no tiene ningún problema para lijarlo, taladrarlo o enmasillarlo. La lija de acero del cero le va estupendamente.

Este es nuestro Chevelle SS.  El blindaje del parabrisas está hecho con plasticard. En el capó lleva dos calaveras  humanas en unos pinchos flanqueando un cráneo de un longhorn. Como armas lleva una cal. 50 que el piloto dispara con un mando en el volante.

Este es un Doorslammer. Un enorme cráneo con unos enormes cuernos hablan de la personalidad de quien lo conduce.  Se ha instalado una torreta con servos electrónicos y sistema de puntería que le da un ángulo de tiro de 360º.  Como véis, el plasticard y la mosquitera hacen un trabajo genial como blindaje y rejillas.

6. Imprimación.
La pintura debe ser muy resistente, pues en este caso se trata de miniaturas que rulan. Así que, para uniformizar superficies y que nuestra imprimación quede perfecta, damos una capa de barniz mate (purity seal), a todas las piezas del coche, tanto exteriores como interiores. Después imprimamos en negro, también con spray, y volvemos a dar otra capa de barniz mate encima. Parece mucho, pero os aseguro que es una imprimación muy resistente. Tened en cuenta que el coche todavía no está montado, y así debe seguir hasta que lo hayamos pintado. Si no queréis que las llantas queden imprimadas en negro, haced lo siguiente: Cortad tiras de cinta de carrocero de un centímetro y medio de ancho por cinco, más o menos, y las ponéis sobre las ruedas cerrando la cinta sobre la llanta. Una vez que hayáis imprimado el coche, podéis retirarlas. 

En esta foto, ya sobre la mesa de juego, se puede apreciar como ha quedado una imprimación perfecta.  Con el sistema de enmascarar con la cinta de carrocero se cubrieron las ruedas, y el naranja metalizado de las llantas se ha salvado.

7. Pintura.
Bien, no queda nada más y nada menos que el último paso, el de la pintura. A veces no nos llega la inspiración, o simplemente no damos con la tecla. En el caso de los coches equivocarse es peliagudo, ya que  al haber hecho la transformación, el despintado se complica, pues podemos destrozar los añadidos. Hazte un boceto y prueba configuraciones en un papel en sucio antes de ponerte. Un apartado en el que estoy empezando a trabajar es el de la mano alzada. Estos coches pueden llevar aerografías, con el nombre del coche, del piloto, una pin-up, o cualquier símbolo agresivo que se nos ocurra (tigre, cobra, león, calaveras, revólveres...). Esto es un añadido de calidad a nuestra pintura. 
Por cierto, le damos, una vez terminado, otra capa de barniz mate. Ya están listos para jugar. 

Preciosa fotografía de nuestro "Islero 2000", como fue bautizado por un amigo con mala idea. El cobre metalizado combina perfectamente con el crema del techo y de los cuernos, al igual que con el verde de la cresta. Toda una macarrada de coche.
Otro competidor en la Carrera de la Muerte, ya terminado. Se trata de un Chevrolet Chevelle de 1964, con sobrealimentador. Se le han instalado unas ametralladoras en la parte superior. El conductor ha elegido un nombre  para su vehículo un poco obtuso.

Espero que os parezca interesante este tutorial. En una próxima entrada dedicada a ésto veremos cómo funciona el sistema de juego del Death Race, así como las virtudes, defectos y posibles mejoras que podríamos hacer con él, como marcadores y escenografía. También más fotografías. Hasta pronto. 

4 comentarios:

  1. Viendo como lo haces, no se si ponerme a intentarlo o pagarte para que me tunees los mios. Por cierto, ¿y si al negro le pones dos rayas rojas a lo largo como al de Death Race?

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    1. Claro que se puede hacer, sólo tenemos que poner una máscara y pintarle las rayas rojas. Con eso también estoy haciendo pruebas de materiales de enmascarar. Tienes que poner un adhesivo que deje el hueco con la forma que quieres obtener, y sobre él pintas. El tamaño y las diferentes formas de la carrocería dificultan el pintado en ese caso concreto, pero ya lo hice una vez transformando una furgoneta para que se pareciera a la del equipo A, y le pinté las rayas rojas con ese sistema. En cuanto a lo del pago, lo hablamos, pero ve pasándome los cochecitos y me dices lo que quieres.;)

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  2. Fantástico trabajo!!!

    Cada día me gustan más estos proyectos que se ven por la red!

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