martes, 22 de noviembre de 2011

Miniaturizándose uno mismo

Empecemos por algo sencillo: ¿Cómo hacer una miniatura de uno mismo?
Bien, el primer paso sería estar perdiendo el tiempo durante horas y horas mirando páginas y páginas de miniaturas, hasta dar con una que aproximadamente nos cuadrase con el estereotipo que más o menos representamos. Como generalmente no vamos vestidos con armaduras, ni somos magos ni vamos con espadas por la calle, he desechado directamente las páginas que no tienen una buena sección de miniaturas actuales. Evidentemente, debemos ver la miniatura vestida con nuestros rasgos característicos, y además, tenemos que calcular las posibilidades de cambio que tiene.      
Unos cortes aquí o allá, un poco de masilla, una actitud por la que seas reconocible... eso debe acabar representando la miniatura. Veamos la elegida:


El tipo se llama Frank, y es la referencia HFA073 de Hasslefree miniatures, donde hay un buen surtido de tipos peliculeros y de humanos más o menos normales. La descripción y actitud de este señor es bastante desagradable, "Middle-aged crochety old alcohol-ridden sage.  I wouldn't stand downwind of this one!" (algo así como un un deshecho de mediana edad borracho), pero iba que ni al pelo con ciertas facetas de la vida de un señor de 35 que de vez en cuando se va de festival. Veamos ahora al interfecto:



En fin, la transformación consistía en añádir pelo rizado, gafas de sol, bigote y perilla, barriga, y, obviamente, cambiar esa grosera señal de su mano derecha por unos cuernos del diablo como buen heavy en buen festival.
El material usado parece de broma, aunque es tremendamente efectivo para operaciones sencillas (un palillo redondo y quitaesmalte, varilla de 0.5mm, cianoacrilato y masilla verde), el tiempo invertido también, teniendo en cuenta que tienes clara la idea de lo que vas a hacer (aproximadamente hora y media), y el resultado de la transformación es el siguiente:


Bueno, como se puede ver, la transformación no es nada complicada, y, si en algo lo fuere, radica más en elegir bien la miniatura a convertir y en tener las ideas claras en cuanto a qué tocar y qué no. Como decía, pelo, perilla, gafas; unos botes de cerveza por el suelo... En fin, si antes daba mal rollo, ahora no sé.
 En breve pondré fotografías con la miniatura pintada. !SALVAJE COMO PURO METAL!

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